Romper el Molde
Por Carolina Neira Campos

Hoy quiero invitarte a romper el molde. Hemos estado viviendo días, semanas, meses y, ya casi podemos decir, años enredados en incertidumbre, noticias desalentadoras e incluso miedo.

La pandemia no estaba en nuestros planes y eso que nos gusta mantener todo bajo control, pero esto no lo vimos venir.

Al conversar con algunas personas, me preguntan ¿cuándo volveremos a la normalidad? ¿Cuándo volveremos a esa vida que vivíamos antes de la pandemia?

También me hice esas preguntas y más cuando entrábamos y salíamos de cuarentenas con toques de queda y restricción de desplazamiento en la semana. Pero he entendido algo: no volveremos a vivir la misma vida que estábamos llevando, terminó un ciclo y comienza otro. 

Recordando el cautiverio de Israel que nos ayudará a romper el molde 

Esto me ha llevado a recordar la historia del pueblo de Israel, luego de su cautiverio en Babilonia. Antes de irse exiliados de Jerusalén, los israelitas adoraban en el templo hecho por Salomón que brillaba por todos lados, era extravagante y singular. Los mejores materiales y los más delicados diseños dieron vida a la casa que alojaba la misma presencia de Dios. Pero al volver a sus tierras, los israelitas debieron presenciar con dolor el desastre que quedó en su ciudad luego de que babilonios arrasaron con todo a su paso, incluso el templo. 

Al leer al profeta Hageo podemos capturar su tristeza cuando pregunta: ¿queda alguno de ustedes que haya visto el templo en todo su esplendor? Ya habían pasado siete décadas. Muchos de los que salieron de Jerusalén ya habían muerto y otros eran muy pequeños para recordar. Esta era una nueva generación que estaba frente a ruinas, en vez de la casa de Dios. El profeta sigue preguntando: ¿Qué les parece ahora? 

¿Y qué pasa con nosotros?

Tal vez, podríamos comparar nuestra vida, en cierta manera, con este antes y después del templo. Puede ser que llevabas una vida tranquila, todo estaba en orden y bajo control. Pero ya no es así. ¿Qué te parece ahora? Seguramente las noticias no colaboran con recuperar la esperanza. Estamos viviendo con duelos, miedos y cambios.

Pronto ya no será así, pero tampoco será como era antes. Vienen cambios radicales y debemos estar alertas. Si pensábamos que la vida debía ser de una manera, ya no será así; si creíamos que conocíamos todo de tecnología, ahora conoceremos más; si tenías una manera que considerabas adecuada para cada situación, te invito a que veas las cosas de otra manera y comiences a encontrar esas nuevas maneras que Dios va a traer a tu vida. Te invito a romper el molde.

Seguramente hemos vivido mucho tiempo con estructuras y modelos y Dios quiere que volvamos a mirarlo a Él.

Declaraciones de Hageo

Hageo alza la voz y declara 3 cosas al pueblo de Israel, las mismas que quiero compartir contigo hoy:

En primer lugar:

Hageo dice de parte de Dios: ¡Ánimo, Zorobabel, ánimo Josué, ánimo a todo el pueblo! El profeta estaba viendo los rostros de todos y hoy Dios ve tu rostro también. Coloca tu nombre allí y escucha que Dios mismo te dice: Ánimo!! Y esta invitación a buscar fortaleza no es solo para gobernadores y sacerdotes, sino para todos. 

A este primer llamado de Dios quiero nombrarlo REANIMACIÓN. 

Estamos confundidos, perplejos, solo sobrevivimos y no sabemos cómo hemos llegado hasta aquí. Vino un remezón grande, no solo a nuestras vidas sino a todos, ha sido pandémico, universal. Casi nos estamos acostumbrando al caos, a las malas noticias, a nuevas cepas que nos atormentan y atemorizan.

Pero es hora de reanimarnos, de cobrar vida, de buscar la fortaleza que necesitamos y caminar con propósito en esta nueva etapa. Así como dijo el salmista: Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan. No es momento de renunciar, de quedarse en la cueva más oscura. Es momento de salir, de reestablecer las fuerzas, de romper el molde. 

Jesús nos anticipó todo esto cuando dijo: En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33). Él venció la muerte para que tengamos vida y en Él todo lo podemos. Cuando muere Lázaro, Jesús va a su funeral y Marta y María le recriminan lo tarde que llegó, pues confiaban que Jesús tenía el poder para sanarlo. Pero Jesús las invita a romper su molde y ver la gloria de Dios, no solo con sanidades milagrosas, sino con muertos que vuelven a la vida. Hoy puede ser el día en que volvamos a vivir. Reanimémonos!!

En segundo lugar:

Dios les dice a través del profeta: manos a la obra que yo estoy con ustedes. No podemos quedarnos pasivos y estériles. Debemos hacer algo. No podemos simplemente ver cómo las cosas suceden. Estamos llamados a hacer algo nuevo y a recordar que el que nos llama, va con nosotros en este camino. 

A este segundo llamado de Dios quiero nombrarlo RENOVACIÓN. 

Debemos hacer algo nuevo, aunque frente a nosotros solo haya ruinas y caos, estamos desafiados a cambiar el escenario, a construir un nuevo panorama, traer al corazón de las personas una nueva cosmovisión. 

Así como Jesús les dijo a sus discípulos: Echen la red al otro lado; de la misma manera, debemos romper el molde. Estamos hablando de personas expertas en la pesca, que habían estado pescando toda la noche y llevaban años haciéndolo de la misma manera. Pero intervino Jesús y los hizo romper el molde. El profeta Isaías nos dice: Olviden las cosas de otros tiempos; ya no vivan en el pasado (Isaías 43.18). No sigamos anhelando lo que dejamos atrás, las cebollas y los puerros -tú me entiendes- busquemos lo nuevo, lo mejor, rompamos el molde, es hora de renovarnos!!

Lo mejor de todo, es que no vamos solos y aunque pasemos por valles de sombra de muerte, sabemos que Dios estará con nosotros y sus promesas no cambian ni caducan. Renueva tus prioridades, lo que antes para ti era ganancia, ahora considéralo como pérdida (Filipenses 3.7-9) y, por sobre todo, que tu oración sea: Padre, renueva mi espíritu y mi mente, así como lo pidió el salmista y nos rogó Pablo (Salmos 51.10; Romanos 12.2). 

El profeta Hageo les dice al pueblo: El esplendor del segundo templo será mayor que el primero. No sigas vistiendo ropas viejas, ni hagas remiendos, hazte ropa nueva (Mateo 9.16-17). Dios ya está haciendo algo nuevo, ¿no lo ves? (Isaías 43.19). Renuévate!!

En tercer lugar:

Dios les dice a Israel: No temas. Y es lo mismo que nos repite hoy: No temas, solo confía. Te lo dice el Dios que cumple su palabra, que te conoce y te ama. Que va contigo, aunque no te hayas dado cuenta.

Es cierto, el panorama no pinta bien, pero nuestro enfoque no debe estar en los problemas sino en el que prometió librarte de ellos. El antiguo templo estaba hecho con oro y plata, ahora era ruinas y no había dónde sacar todo ese material para reconstruirlo. Pero Dios les recuerda: Mío es el oro y mía es la plata, no temas. 

A este tercer llamado de Dios quiero nombrarlo REENFOQUE 

Es necesario que cambiemos nuestra mirada y recordemos lo que nos enseña Pablo: Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre (2 Corintios 4.17-18). Pongamos nuestra vista en lo trascendente, en lo eterno.

Recuerdo al criado de Eliseo, que al ver el ejército del rey viniendo hacia ellos, tuvo miedo y se preguntaba ¿qué haremos? Pero Eliseo le advierte: No temas, porque más son los que están con nosotros, que los que están con ellos. Luego oró y los ojos de su criado fueron abiertos para ver el ejército que estaba al lado suyo (2 Reyes 6.15-17). Cuando nos enfocamos en las dificultades, quedamos enceguecidos y confundidos. No vemos salida ni oportunidades. Pero Dios es el dueño de los recursos y Él nos llama a confiar, a romper el molde y a concentrarnos en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Colosenses 3.2).

No sé cuál es el panorama que puedas estar viviendo, pero quiero invitarte a que no temas, que confíes, que alientes tu fe en medio de lo difícil que pueda ser tu entorno. La mejor manera para perfeccionar nuestra fe es fijando nuestra mirada en Jesús (Hebreos 12.2), reenfocándonos!!

Invitación a romper el molde:

Cobra ánimo, pues nada volverá a ser como antes, pero contamos con nuestro Padre que va a nuestro lado y es el dueño de los recursos que necesitamos para reconstruir. 

La cosmovisión del cristianismo siempre ha sido controversial, y hoy lo debe ser aún más. Es tiempo de reanimarte, renovarte y reenfocarte. A romper el molde, se vienen tiempos mejores.

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