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DECIDIR: Una vida de perdón

Quizás sientas que no hay diferencia entre elegir y decidir, o que hay una diferencia mínima entre ambas. Déjame decirte que, aunque parecen similares, no lo son.

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REFLEXIONES ANTERIORES

Hemos celebrado la Navidad y con ello, recordamos que las promesas de Dios siempre se cumplen. Pero son tantas las promesas que podríamos estar celebrando todos los días!! Tal como esa, hay otra en la cual debemos prestar atención: Jesús viene otra vez. Mientras tanto podemos acercarnos al Padre confiadamente y disfrutar su compañía, pero cuando Jesús regrese, vendrá a buscar a todos los que hemos creído en Él: ¿Serás parte de ese grupo?

Todos tenemos la necesidad de ser amados y, por esa razón, andamos buscando el amor y la aprobación de muchas maneras. Creemos equivocadamente que el amor de una pareja podría suplir esa carencia y buscamos en una y otra persona ese amor que nos complazca totalmente. Después de tanto buscar, puedo decir que estaba totalmente lejos de la verdadera solución. Sumérgete en su amor, disfrútalo porque es para ti. No pretendas ganártelo porque es un regalo. Y recuerda: Donde hay amor, no hay temor.

¿Dónde has estado buscando el gozo? Tal vez debiéramos escuchar la sabiduría del rey Salomón y darnos cuenta que nos hemos desgastado buscando el gozo donde no podemos encontrarlo. En esta época de Navidad, recuerda la noticia que trajeron los ángeles a tu hogar, hay un Salvador, un Padre que quiere tener una relación contigo. No sigamos persiguiendo el viento. No se trata de pesebres ni regalos. Es el tiempo de agarrar ese gozo que nos hace fuertes, aunque seamos débiles. Que nos invita a confiar, a pesar de las circunstancias.

¿Dónde buscamos la PAZ? Navidad es más que regalos y pesebres. Navidad es un hermoso tiempo para que extendamos nuestras manos para recibir lo que Jesús vino a ofrecernos: Su PAZ.

¿Cuál sería el sinónimo de Navidad para ti? Esta es una época propicia para reflexionar en la ESPERANZA que tenemos gracias a que Dios cumplió su promesa de enviar a Jesús como salvador y, de la misma manera, sigue cumpliendo cada una de sus promesas por ti y por mí.

La pandemia nos ha llevado a preguntarnos: ¿Cuándo terminará esto? ¿Cuándo volveremos a la vida que llevábamos antes? Estoy convencida que eso no pasará. No nos quedaremos así como estamos hoy, pero tampoco volveremos a vivir lo que estábamos viviendo hasta antes de la pandemia. Tenemos desafíos que enfrentar y te invito a verlos según lo que nos enseña el profeta Hageo. A romper el molde, ya no lo necesitarás más!!

El calendario me dice que es verano, pero estoy disfrutando la refrescante lluvia en el sur de mi país. Es una lluvia que regalonea nuestras verdes praderas y me hace pensar en las lluvias de gracia que nos renuevan a diario.

Hemos comenzado un nuevo año que, como todos, nos llena de incertidumbre y nos hace caer en la ansiedad. Sin embargo y a pesar de todo lo que pudiese venir, debemos seguir hacia nuestro propósito.

Sabía que no podríamos solas y como ya vimos, sigue intercediendo por ti y por mí. Su amor por nosotras fue tan maravilloso que terminó siendo un ejemplo de dolor.

Eran los últimos días de Jesús en la tierra y estaba dando las últimas lecciones a sus discípulos. Lo que vendría no era tan bueno, pero les daría su Espíritu.

Todo lo que necesitamos en nuestra vida está dispuesto para nosotras. Ven a conocer a Jesús, la Vid verdadera.

El corazón de Jesús se movía por la compasión y al irse nos dejó su Espíritu para que experimentemos su consolación.

En nuestra cultura los grandes son servidos y los que sirven son humillados. Pero Jesús es siervo y nos da una tremenda lección.

Cuando creemos que tenemos las riendas de nuestra vida y lo estamos haciendo bien, todo se nos desmorona y debemos reconocer que Jesús es Rey.

Hay muchas situaciones que consideramos muertas y lloramos por ellas. Pero Jesús es el Príncipe de la Vida que resucita lo que ya no tiene esperanza.

En la vida tenemos muchos referentes que nos aturden con su carisma y muchas veces nos desvían a barrancos. Jesús es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.

Nuestros ojos creen ver, pero estamos irremediablemente vendados a no ser que Jesús venga a sacar las vendas espirituales que nos molestan.

Muchos le temíamos a la oscuridad y sin darnos cuenta vivimos en medio de ella. Jesús es la luz del mundo y de nuestros corazones. Ven a Él.

Hay muchas aguas que nos asustan, pero hay una que nos sacia y nos conforta en medio del caos de la vida.

Jesús nos asombra con su incondicional amor e inagotable perdón. Jesús es el Rescatador de almas que necesitas.