Esperanza de Adviento
Por Carolina Neira Campos
Navidad no es una época para recompensar a todos los que están a nuestro lado. Realmente creo que cada día es una fecha especial para demostrar nuestro amor, ya sea con regalos, gestos de cariño, actos de servicio, tiempo de calidad o simplemente un abrazo que restaure.
Cuando logramos dimensionar esta bella oportunidad de amar cada día, nos preguntamos entonces: ¿qué onda con la Navidad?
Navidad significa nacimiento y si, ya lo sabes, quién nació y a quién festejamos es a Jesús, quien siendo Dios no se aferró a esa naturaleza, sino se sacó ese ropaje y vino a nacer como ser humano para traernos ESPERANZA.
Lo genial de esto es que no nos quedamos con la historia pintoresca y dulce de un pequeño naciendo en un corral de animales, sino que sabemos que ese niño creció y cumplió su propósito.
En estos tiempos de adviento, que para algunos solo es una fecha más, debemos traer a la consciencia algo más que regalos, algo más que pesebres: comprender que en esta fecha se cumplió la promesa de que el mundo puede disfrutar de una vida llena de ESPERANZA.
No sé cuántas veces te han defraudado, no sé cuánto puedes llegar a confiar, pero esta ESPERANZA no avergüenza, es confiable y no nos engaña.
Precisamente, Navidad es una época que nos debe recordar que Dios cumple sus promesas y si ha prometido ser tu Padre amoroso, lo será.
Déjame compartir contigo un verso del salmista:
Tú eres mi escondite y mi escudo;
en tu palabra he puesto mi esperanza.
Salmo 119:114
El salmista ya sabía que Dios era su lugar seguro, su refugio. Cuando todo está incierto y cambiante, cuando no sabemos dónde poner nuestra mirada, tenemos un lugar al cual podemos acudir sin restricciones ni condiciones. Dios te invita a acercarte confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. (Hebreos 4.16)
La palabra de Dios es fiel, es verdadera y eterna. Si Dios lo dijo, así será.
Me sumo a la oración del apóstol San Pablo cuando dijo: Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué ESPERANZA él los ha llamado (Efesios 1:18).
Navidad es tiempo de promesas cumplidas.
Navidad es tiempo de recuperar la ESPERANZA.