Dios como ser humano
Por Carolina Neira Campos

Hola, estamos acercándonos a una fecha muy importante para los cristianos. Esta consideración tiene muchas connotaciones y me gustaría compartirlas contigo en las siguientes semanas.

Tal vez para algunos solo sea una fecha festiva, con regalos y algo de buena comida. Para mí ya no es solo eso y me he sentido conmovida al ver la grandeza que puede tener una simple fecha. Te invito a tomarte unos minutos para ver la Navidad con otros ojos.

En esta fecha, podemos ver a:

  1. Dios como ser humano
  2. Dios como cumplidor de promesas
  3. Dios como rescatador de sus hijos
  4. Dios como dador de esperanza

Hoy quiero que veamos a DIOS COMO SER HUMANO.

Ya sabrás que Navidad significa nacimiento y sí, fue Jesús que nació en una pequeña aldea y todo lo que ya sabemos de este evento es real. El embarazo de una virgen, la huída a Belén, los magos, los pastores, la estrella que anunció el “estelar” momento, la pesebrera, los regalos y todo lo demás.

Pero ¿te has preguntado alguna vez, por qué Dios vino como ser humano? 

Bueno, ninguna persona había podido sellar el pacto entre Dios y la humanidad. Ya se habían hecho intentos, pero todos fallábamos. Aunque debía ser una persona, esta debía ser perfecta, que cumpliera todos los requisitos de Dios y nadie pudo. Por eso, Dios envía a su hijo Jesús que, siendo Dios, tomó la forma de un hombre para representarnos y así suscribir el acuerdo de bendición para todos nosotros. ¿No te conmueve? El Rey de todo lo que existe te ama de tal manera que te buscó, vino a nosotros antes que nosotros a Él. Recibimos de Dios su amor, su paz, su gozo y la hermosa promesa de estar con Él para siempre, pero no pagamos el costo. Jesús lo hizo. 

Pablo hace un relato minucioso y sobrecogedor de esta decisión. 

“Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2.5-8).

La entrega de Jesús no se limitó a dejar su trono de ser divino, sino adoptar una nueva naturaleza y con ella llegar hasta la muerte por ti y por mí.

Entonces, ahora nos preguntamos, ¿por qué vino a nacer como bebé? 

Siendo Dios pudo haber hecho una entrada de escena más gloriosa. Tal vez, siendo ya mayor, con títulos y propiedades, con pompas y toda una banda de connotados músicos festejando que el Dios del universo tocaba la tierra. Pero no fue así y esto es algo que me impacta. 

La promesa de Dios es que enviaría al Mesías, al salvador de sus hijos. No era cualquier mensajero. Pero decide enviarlo en el regazo de una familia, en vez de lugares protocolares y diplomáticos. Jesús era Hijo de Dios y pasó a ser hijo de José y María. Dios enalteció a la familia y quiso ponerla en un lugar de privilegio. Allí fue cuidado y junto a sus otros hermanos, creció como todo niño de la época.

¡Cuán importante ha sido que Jesús haya experimentado todo lo que hoy estamos viviendo! Cada situación que has vivido, Jesús la comprende muy bien, no solo porque es conocedor de todo por su don divino, sino porque vivió en carne y hueso lo mismo que tú (y más).

Navidad ya no es solo regalos y árboles decorados, es Dios buscándome y creando un puente maravilloso por el cual me acerca a su regazo y me dice “Entra confiadamente en el trono de mi gracia, pues aquí encontrarás un refugio perfecto” (Hebreos 4.16). 

Dios vino a mí porque me ama y me buscó como uno igual a mí para entender todo lo que yo he vivido. No quiere que Jesús nazca hoy en un edificio, ni en conglomerados burocráticos. Quiere que nazca en medio de tu familia. 

Y para ti, ¿qué es Navidad?

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