Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios.

Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos. Hebreos 4.16

Tocando tu puerta

Tocando tu puerta

Jesús ha estado tocando nuestras puertas, pero no entrará mientras no le abramos. Quiere entrar para sanar nuestra pobreza, ceguera y desnudez. Trae consigo oro, colirio y vestimentas y quiere tener una relación con nosotros cada día.

¿Seguiremos escuchando que Jesús toca la puerta o nos levantaremos a abrir y cenar con Él?